El asesor financiero debe velar por los intereses del cliente como si fueran los suyos propios. Por ello, el asesor debe siempre ofrecer independencia y objetividad en todas las recomendaciones.
La realización de cualquier inversión es por si misma generadora de riqueza y trabajo, siempre y cuando se estudie la rentabilidad y financiación de cada operación, analizando el tipo de operación más adecuado tanto desde el punto de vista económico, como fiscal, asesorandole sobre las ayudas fiscales, financieras o directas, así como de la rentabilidad del proyecto.